La Cruz: pasado, presente y futuro escritos con trazos de huella jesuítica

Está ubicada sobre el eje de la Ruta Nacional 14, a 740 kilómetros de Buenos Aires, a 100 km de Paso de Los Libres y a 426 km de la ciudad Capital. Situada en la costa del río Uruguay, es cabecera del departamento de San Martín y fue fundada en 1629 por el Padre Altamirano.

Comúnmente adoptan la definición de “pueblos museos” -a cielo abierto- a los municipios que, como La Cruz, aún guardan en sus entrañas los vestigios de las reducciones como, en este caso, las de su pasado jesuítico-guaraní. Su clima es subtropical, que predomina todo el año, con precipitaciones y temperaturas medias a elevadas.

Forma parte del Corredor Internacional de las Misiones Jesuíticas de Sudamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay), una unidad geográfica, patrimonial y cultural única en el mundo. En Corrientes, este corredor turístico lo completan San Carlos, Gobernador Virasoro, Santo Tomé, Alvear, Yapeyú, Colonia Liebig, Paraje Galarza y Garruchos.

Treintena Jesuítica-Guaraní

Fueron 30 pueblos organizados que despertaron admiración y asombro entre quienes profesaban las utopías, pero también sospechas, en quienes detentaban el poder político. Estos lograron desacreditar a la Compañía hasta que el rey Carlos III firmó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles.

Desde mediados del siglo XVI y por casi cien años, las reducciones Jesuítico Guaraníes se consolidaron y expandieron gracias a un crecimiento demográfico que superó el rigor de epidemias y movilizaciones militares. Llegando así, de 28.714 habitantes en 1674, a los 141.182 en el año 1732.

Para 1768, los 30 pueblos contenían una población cercana a las 90 mil personas, para después descender a los niveles mínimos en la primera década del siglo XIX, cuando también comenzó su extinción.

Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé

Esta fue la denominación de La Cruz formando parte de los 30 pueblos de las misiones internacionales, que pertenecían a la corona española fundada en 1629 por el padre Altamirano. Pueblo aguerrido y guerrero que defendió la soberanía ante el invasor, librando la primera batalla naval que lleva el nombre de su Patrona, imagen tallada en acción de gracias por el logro obtenido en 1641.