El vicepresidente de la compañía, Gustavo Lipovich, brindó detalles sobre los principales ejes que seguirá la nueva gestión durante una conferencia de prensa.
A partir de la renovación de autoridades a nivel nacional, comenzó una nueva era en Aerolíneas Argentinas. Tras la designación de Pablo Ceriani al frente de la compañía estatal, empezó a definirse el organigrama y se fijaron los objetivos para los próximos cuatro años. Con la intención de comunicar cuáles serán los ejes de la flamante gestión, Gustavo Lipovich, vicepresidente de AR, brindó una conferencia de prensa en las oficinas corporativas ubicadas en Aeroparque.
La situación económica
En primer término, dijo que se encontraron con una empresa con buenos indicadores en cuanto a lo operativo, como los índices de puntualidad y cumplimiento de otras cuestiones básicas. Sin embargo, puso mucho énfasis en la delicada situación económica y financiera de la firma: “Lo más grave es que vimos una caída de muchos guarismos en los últimos cuatro años. Hay datos alarmantes y la situación es delicada. Creció el déficit y los aportes del Estado no alcanzaron para cubrirlo. Hay deudas con proveedores y demoras en mantenimientos”. En ese marco, reveló que recibieron una compañía con tan sólo 9 millones de dólares en caja, cuando en 2015 contaba con alrededor de 200 millones. “La caja se utiliza para gastos de rutina. Esto nos deja poco margen y nos quita liquidez”», expresó. Además, contó que hace cuatro años, el patrimonio neto de AR era positivo en 75,9 millones, mientras que en 2019 pasó a ser negativo en 441,9 millones. También agregó que “hubo un proceso de descapitalización y de desinversión”, con aviones propios que fueron puestos en garantía para obtener flujos de dinero. Por eso, aseveró que uno de los objetivos será ganar en eficiencia para superar los obstáculos económicos.
Turismo receptivo, el gran objetivo
Más allá del factor financiero, la compañía de bandera tiene una meta absolutamente prioritaria: recuperar la red internacional, con el restablecimiento de frecuencias que se perdieron en destinos de Europa y Estados Unidos (como los vuelos a Barcelona y Nueva York tras el lanzamiento de la ruta a Orlando), para incrementar el ingreso de viajeros extranjeros. ”Creemos que esto es sumamente importante en esta coyuntura. Nos marcamos como principal prioridad ser una herramienta de desarrollo para el país”, dijo Lipovich, quien también se desempeña como director de Política Aérea, Desarrollo Nacional y Relaciones con Organismos. Por eso, el foco estará puesto en recuperar la flota de largo radio con la incorporación de más Airbus A330 en lugar de los Airbus A340 que retiró la gestión anterior, aunque no se sabe cuándo los sumarán y en qué cantidad.
En este contexto, ante la consulta de este medio, el ejecutivo señaló que el impuesto PAIS “será una oportunidad para crecer en el receptivo, que es uno de los objetivos de la medida”. Está claro: los próximos cuatro años de Aerolíneas estarán centrados en mejorar la oferta al exterior pensando en el visitante internacional. Sin embargo, también buscarán que ese crecimiento se produzca de manera federal, en todas las provincias del país y no sólo en algunas. De esta manera, aseguró que analizarán la implementación de vuelos internacionales en el aeropuerto cordobés y en ciudades como Bariloche o Malargüe durante la temporada.
La regionalización de AEP
“El primer paso fue Aeroparque, porque nos permite distribuir viajeros a cualquier destino argentino”, continuó Lipovich, sobre la estrategia de desarrollar el receptivo en toda la Argentina. De ahí se desprende la importancia de tener operaciones desde el exterior hacia la terminal porteña, algo que ocurrirá el próximo 11 de mayo cuando AR, Latam, Gol y Paranair tengan que mudar allí sus vuelos regionales desde Ezeiza. A su vez, criticó la desregionalización que impulsó el Gobierno anterior con la finalidad de aumentar el cabotaje, ya que “esa meta no se cumplió en lo absoluto”. “En la comparación noviembre 2019 con el mismo mes de 2017, se ve una caída de 5% en los viajes de cabotaje. Encima hoy Aeroparque tiene 24% menos de operaciones y una reducción de la misma cifra en pasajeros transportados”, completó.
Algunos retoques
Entre los problemas heredados de los años anteriores resalta la situación de los 26 Embraer que tiene Aerolíneas Argentinas. Según contó el vicepresidente de la firma, la gestión anterior nunca les realizó los mantenimientos que exige el fabricante, aunque “esto no afecta la seguridad de los vuelos”. Por este motivo, emprenderán una modernización completa de la flota y se dará de manera casi simultánea, por lo que diseñarán una planificación lo más fina posible, a los fines de evitar que la oferta se vea afectada. A su vez, aseveró que los cinco Boeing 737 MAX 8 continúan frenados, sin novedades en cuanto a cuándo podrán ponerse en marcha.
(*)Fuente: Mensajero.