La pospandemia será muy dura para el sector turístico en todo el mundo

La definición más básica de la palabra Turismo describe a toda persona que se traslada de su lugar de residencia hacia otro destino con motivo de ocio o esparcimiento, con la posibilidad de pernoctar allí. Otra, más académica si se quiere, expresa que el Turismo es un conjunto de actividades de negocios que directa o indirectamente generan bienes y servicios que soportan actividades de negocios, ocios, placer, motivos profesionales y otras relacionadas con personas fuera de su residencia habitual.

En cualquiera de los casos se necesita indefectiblemente de las personas y que éstas se movilicen, que es casualmente lo que hoy está prohibido, en el caso de la República Argentina por Decreto Presidencial de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Hoy, 12 de abril, domingo de pascuas quien hubiese imaginado este panorama, tanto en materia religiosa como para la actividad turística.

Es la mejor decisión de sus vidas, habrá otras semanas santas por delante, otros fines de semanas largos para disfrutar de viajar. Hoy, la realidad es otra, ya que cuando se trata de preservar la salud propia y de la familia no queda lugar para la discusión y negociación donde la vida se sobrepone ante todo.

Ahora, la reflexión que nos queda, justamente en este tiempo en el que los cristianos celebramos la Resurrección de Jesucristo, es saber qué pasará con el mundo de acá en adelante.

Y ahí está el turismo, los viajes, las vacaciones. El comportamiento de los turistas fue cambiando de paradigma, en un tiempo las familias prolongaban sus estadías en un mismo momento -verano e invierno- y hoy se produjo un desdoblamiento, aprovechando también las escapadas de fines de semanas largo. Ante ésta situación particular de pandemia del COVID-19 las proyecciones para temporada de invierno se ven un tanto oscuras o borrosas, y no es para menos porque las familias pensarán dos veces para trasladarse a algún destino turístico.

No será tarea sencilla recomponer este sector, uno de los más golpeados por el Coronavirus en casi todo el planeta. En nuestro país, el desafío de las autoridades oficiales y del sector privado será enfocar sus esfuerzos en la motivación y la seguridad para transmitir tranquilidad sanitaria a los futuros clientes turistas.

Un artículo publicado por Diario La Nación da cuenta que este sector genera cada año, en el mundo y según datos del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, el 10,4% de lo producido por la actividad económica. Es un segmento que sostiene, globalmente, 319 millones de empleos. En la Argentina, según el Gobierno, aporta US$5400 millones anuales de exportaciones y moviliza $165.000 millones en consumo interno. La caída que sufre la actividad en este primer semestre barrerá con esas cifras y la recuperación que se espera será lenta y se irá dando por segmentos.

En tal sentido, el ministro de Turismo de la Nación Matías Lammens recuerda que el turismo era una de las industrias con mayor crecimiento a nivel global antes de la actual crisis. El turismo receptivo representaba el cuarto ítem de ingresos de divisas para la Argentina, y en febrero de este año ese ítem registró un aumento de 12% interanual. En términos de turismo interno, dice el funcionario que el último fue un verano histórico: “Hubo ocupación plena durante los fines de semana de enero en los principales destinos; fue el mejor febrero para Mar del Plata de, por lo menos, los últimos 25 años y hubo un número récord de visitantes en todo el país durante el fin de semana largo de Carnaval”.

(*) Omar Benítez.