Más de 30 años habitando una porción del centro de nuestra provincia. Tres hermanos arraigados a sus costumbres isleñas con el recuerdo latente de su lugar de origen. Hoy, son parte del atractivo que busca el visitante.
En un país futbolero como el nuestro, sin dudas que 1986 será recordado como el año del mejor gol en la historia de los mundiales, o, tal vez por la “mano de Dios” de Diego Maradora a los ingleses. Quizá, el hecho de haber conquistado la segunda copa mundial de fútbol en México.
Pero, para la familia Villagra, el `86 significó un hecho trascendental en sus vidas, porque decidieron afincarse en el corazón mismo de Corrientes, los Esteros del Iberá. Así, dejaron su Mercedes natal para habitar la isla Avatí y hoy no ven con malos ojos la posibilidad concreta de sumarse a la oferta turística cultural de nuestra provincia.
Es que el turismo actual demanda eso, la experiencia y vivencia de los lugareños, compartir su cultura, gastronomía, idiosincrasia y ahí están Moncho, Victoria y Cirila Villagra como máximos exponentes de nuestra correntinidad. Con su canoa a botador por el estrecho canal se abre paso el Moncho para recibirnos junto a su saltarín perro, que advertidos por el guardaparque Chuly Vallejos, evitamos llevarnos la marca de sus huellas con barro en nuestras prendas.
De construcción precaria, con las comodidades esenciales, así es la vivienda ubicada en la zona más elevada de la isla. Si bien los tiempos actuales no permiten o al menos no se recomienda compartir el mate, la pava está lista con agua a temperatura conservada por el tizón que nunca se apagó desde el mediodía cuando prepararon un exquisito guiso carrero.
La radio es su mejor compañera, aunque un celular de gama media supo convivir con ellos y así se comunican con el pueblo más cercano. En plena laguna Medina, a una hora de navegación desde el puerto Juli Cué distante a 25 kilómetros de Concepción del Yaguareté Corá, es su lugar en el mundo.
La directora de Turismo de Concepción, Ayelén Mercado, una fanática de ésta actividad y orgullosa de su terruño, sostuvo que “los Villagra” comenzaron a abrirse a esta posibilidad concreta de recibir turistas porque ellos quieren conocer su historia. Se trabaja con la asociación de guías de sitios locales y los guardaparques provinciales para que encuentren en esta actividad una manera de generar recursos a esa familia.
Recientemente, en su visita a este “pueblo auténtico”, el gobernador Gustavo Valdés estuvo con los tres hermanos isleños y prometió regresar atendiendo sus requerimientos, tal como lo hace en cada rincón de nuestra provincia.